domingo, 20 de enero de 2008

Predicandole a los Catolicos

En realidad la estadía en Chile de Maharaja fue una de las más grandes misericordias. Aunque nuestro querido presidente de templo y discípulo de Guru Maharaja no estaba —Prabhu Adikesava—, los pocos dicípulos y aspirantes que se encontraban en Chile se encargaron muy bien de todo (sólo era una dicípula, tres refugiados y cuatro aspirantes a discípulos). Lo maravilloso de todo fue que Maharaja en todo momento nos deslumbró con su humildad y sencillez, no puso problemas con nada y a través de sus clases nos dio algunas instrucciones. Él destacó que era muy importante cantar detenidamente las 16 rondas para estar en un buen estado de conciencia, y les habló a los devotos que asisten a la universidad de la importancia de ser misericordiosos con la gente que no conoce a Sri Krishna, distribuyendo los libros de nuestro amado abuelo espiritual, Srila Prabhupada, usando ropa devocional y distribuyendo gran cantidad de prasadam.

En un programa de radio en que se le entrevistó en Valparaíso, él habló acerca del alma y la importancia de ser concientes de ella, para liberarnos de la sucesión de nacimientos y muertes.
En un programa de televisión que saldrá al aire en el mes de octubre habló sobre el movimiento y la prédica, y en un programa interfé organizado por Prabhu Matías se entrevistó con un sacerdote católico muy conocido en Chile, con una hermana religiosa que está iniciada (madre Mousa-Rupa), y con un laico que es catequista en la comuna de Maípú. En esa oprtunidad yo estaba sirviendo a los invitados y Maharaja en todo momento estuvo atento, amable y muy dulce con los invitados. Los temas se relacionaban con el concepto de Dios, el camino para llegar a Dios, los principios regulativos, y algunos temas que se acotaron, pero en realidad lo más importante fue que Maharaja escuchó y habló sin caer en discusiones, y dejó en claro a través de su ejemplo que ser un buen devoto no es lo mismo que ser un gran fanático (esto lo explicó luego en la clase de la tarde). El sacerdote estaba fascinado con Maharaja y lo trataba con mucha reverencia (este sacerdote en algún momento se dedicó a la política, así que su actitud es valorable). Pero lo más sorprendente fue cuando yo vi a Maharaja haciéndome unos gestos con sus manos de loto: el sacerdote había devorado todo el prasadam, y Maharaja quería que le sirvieran más para que se purificara. Fue así como se le sirvió tres platos tremendos de maha-prasadam. Después comprendimos que en realidad lo importante era que el sacerdote se purificara, y no tratar de cambiar en forma "fanática y apegada" todas sus ideas acerca de la vida espiritual; lo mejor era ver cómo el alma del sacerdote estaba purificándose para que pudiera escuchar acerca de Krishna, y no verlo como un enemigo católico que estaba errado en sus apreciaciones.
Maharaja, atendió a muchas personas en las entrevistas, y aunque estuvo un poco decaido de salud, nunca se quejó de nada. Es más, siempre estuvo atento de cada uno de sus dicípulos.
Que todas las bendiciones de Srila Prabhupada los acompañen siempre. ¡Haribol!
Se despide, su sirvienta,Bhaktin Carolina.

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